Monday, November 12, 2018

Didí Torrico, el capitán "santo"

Por: Dehymar Antezana - Periodista LA PATRIA




Luis Mendizábal Santa Cruz lo decía en una de sus poesías: "Oruro eres la enamorada del gringo y del gitano" y no cabe duda que esa frase se aplica hasta nuestros días, cuando los visitantes quedan extasiados por esta Tierra bendita de los Urus. Uno de esos personajes cautivado por este espacio geográfico y su cultura, es Didí Torrico Camacho.

Desde muy pequeño junto a su familia estuvo cautivado por el maravilloso Carnaval de Oruro, pero que no solo estaba en su mente verlo o participar, sino también estuvo casado con la idea de ser parte del equipo que representa a los orureños. Aquel anhelo se cumplió y con un brillo especial, porque ahora es el capitán del equipo.

Didí abrió sus ojos el 18 de mayo de 1988 en la ciudad de Cochabamba, el quinto hermano de seis. Su formación educativa lo hizo en el Colegio Nacional "Eduardo Avaroa". Desde muy pequeño tuvo la fortuna de jugar un deporte que estuvo en sus venas, el fútbol.

Para ello se motivó con la presencia de sus dos hermanos, Marcelo y Jair, con quienes tuvo la oportunidad de formarse como jugador, obviamente influyeron mucho sus padres, José Torrico e Isabel Camacho, quienes en todo momento les dieron el apoyo para que sean parte del Enrique Happ.

Aunque antes de llegar a esa escuela de fútbol, pasaron por varias experiencias, entre ellas, se escapaban de su casa para ir a jugar a la cancha, al retorno eran regañados por sus padres. Sin embargo, las retas ya no importaban porque habían disfrutado de buenos partidos de fútbol.

Su primer equipo fue uno de barrio de nombre San Martín", Didí apenas tenía cinco años. A los ocho ingresó al Enrique Happ donde se formó futbolísticamente hasta los 15. Luego vino su etapa de fogueo, principalmente porque su hermano Marcelo, le invitó a formar parte del Club Litoral de Cochabamba, donde jugó al lado de sus hermanos.

Con tan solo 15 años jugaba con personas mayores. Aquella situación fue importante para él, porque le ayudó a crecer como jugador de fútbol. A un inicio jugó de último hombre y luego de lateral, sus condiciones y habilidades le permitieron ser muy dúctil en el campo de juego.

Terminó el colegio, pero él tenía el objetivo de perseguir sus sueños, es así que a invitación del profesor Víctor Barrientos se fue al The Strongest, tenía 17 años. Una vez en ese club, entrenó, pero no pudo debutar ni siquiera en un amistoso, es más sufrió varios días porque se alojó en el complejo de Achumani cuando la temporada había terminado. El entrenador le pedía que trote y nada más. Al año siguiente, cuando se iniciaba la gestión futbolera, tampoco tuvo suerte, era como si el destino se ensañara consigo mismo.

Era un partido de práctica contra La Paz Fútbol Club, hasta que finalmente se impuso y le pidió al técnico ingresar por lo menos los diez minutos que faltaban. Su deseo fue concedido y en ese pequeño lapso de tiempo se dio íntegro que llamó la atención del técnico del equipo rival Windsor Del Llano, quien tras dialogar con su mamá después del encuentro lo llevó a ese plantel. Debutó en el fútbol profesional a los 17 años en un partido jugado contra Universitario de Sucre.

De La Paz FC pasó por varios equipos de la Liga, Wilstermann, Bolívar, Nacional Potosí, Guabirá, Blooming, Sport Boys y San José en tres oportunidades 2012 al 2013, 2016 y 2018.



SAN JOSÉ

Su llegada a Oruro mucho tuvo que ver su fe hacia la Virgen del Socavón, además que recibió el impulso de su tío, Wilfredo Navarro Amurrio, periodista orureño.

"Esa devoción hizo que uno se sienta feliz como en su casa", dijo. Tras su llegada el 2012 tenía la intención quedarse en el equipo, sin embargo, la dirigencia de ese entonces encabezada por el presidente Fernández lo sacó del equipo y las puertas se le habían cerrado, luego de rechazar a muchos equipos.

Fue Guabirá el elenco que finalmente lo agarró y más afectado por la pérdida de su hermano Marcelo. Sufrió mucho, estuvo solo en Montero, pero lo hizo más fuerte para volver con más ganas.

Volvió el 2016 sin rencores, pese al trato que recibió y al estar en uno de sus mejores momentos. La gente lo apoyó en todo momento, lo que borró por completo el trago amargo. A ese hecho se sumó la oportunidad que tuvo de participar en el mejor Carnaval del mundo, el de Oruro, bailando en los Wititis.

La música del Carnaval también es una forma de motivación para él en cada partido, ya que cuando la hinchada lleva una banda de música y se pone a tocar una diablada o una morenada, pese a no tener fuerzas, esas melodías son como una recarga anímica para impulsarse personalmente y a sus compañeros a seguir adelante y sacar buenos resultados como lo está haciendo en la actualidad.

"Cuando toca la música del Carnaval me motiva mucho. A veces estás cansado por el trajín de un ida y vuelta del partido, pero cuando escucho una diablada por ejemplo, me motiva y me incita a seguir corriendo y dar todo en la cancha", manifestó.



SELECCIÓN

Didí Torrico también estuvo en la Selección Boliviana desde fines del 2008 hasta el 2012. Su debut fue contra el Paraguay, también jugó un amistoso contra México, le anotó un gol a Memo Ochoa. En ese tiempo jugó uno de sus inolvidables partidos frente a la selección de Maradona, en cuyo equipo también estuvo Messi.

Les ganaron 6 a 1, Didí metió uno de los tantos históricos y que quedará grabado en su memoria, no solo por esa victoria, sino porque en las graderías estaba su madre, quien lloraba de emoción al verlo con la "Verde". La gente que notaba esa reacción en ella, le preguntaba el porqué de su llanto y cuando ella dijo que su hijo era Didí, todos de la tribuna, sin conocerla la abrazaban.

Su familia siempre fue importante en el desarrollo de su carrera deportiva, de hecho, antes de cada partido se comunica con ellos, para llenarse de toda esa energía.

En sus planes está salir al exterior a mostrar su fútbol, sin embargo, si esa oportunidad no se da, le gustaría quedarse en San José. Pero, su sueño inmediato es salir campeón con el equipo.

"Tenemos un buen plantel de buenas personas, me tocó estar en muchos equipos, pero muy pocos son como este, porque la competencia es sana, no hay ´alcahuetes´ y eso lo deja tranquilo a uno, porque realmente a la hora de jugar es el que entra y deja todo", aseguró.
Didí Torrico va a la marca de Lionel Messi, en las eliminatorias para Sudáfrica 2010, Bolivia ganó 6-1



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