Monday, February 11, 2019

Santas" anécdotas

Por: Dehymar Antezana - Periodista LA PATRIA


Pasó el 10 de Febrero y qué mejor levantarse para leer algunos recuerdos establecidos en la memoria de orureños que dejaron huella en el equipo de sus amores. No hubiese sido posible aquello, sin la iniciativa del periodista, Eddy Paravicini Ramos que en su momento dejó ese legado en su libro: "San José, rescatando la memoria colectiva".

Esas vivencias de jugadores y momentos inolvidables deben permanecer perennes como él lo decía, en la memoria colectiva no solo de los orureños, sino también de aquellos que gustamos de la historia.

Por ello, es que decidimos rescatar esas anécdotas, no están todas, de esas situaciones que quedaron en el recuerdo de quienes con sus acciones escribieron la vida de San José, pero por lo menos llevemos a la memoria unas cuantas.



ÁRBITROS

Comencemos por los árbitros, antiguamente se contaba que el mal arbitraje originaba la efervescencia de los hinchas, en su mayoría mineros, quienes reaccionaban haciendo explotar cachorros de dinamita cerca de la cancha, a fin de intimidar a los entonces "hombres de negro".

En cierta ocasión es que un trío arbitral, antes de un partido, decidió visitar al Comandante de Policía, principalmente para garantizar su seguridad. Contaron que llegaron a la ciudad de Oruro para arbitrar un encuentro entre San José y un ocasional rival. Entonces, le consultaron: ¿Qué pasa si el equipo local pierde en Oruro?, a lo que el jefe policial respondió: "Quédese tranquilo, aquí no pasa nada, los que pitan en contra, no salen con vida".



SIN NÚMEROS

Según contó el "santo" Modesto Martínez, hasta 1953 las casacas de los jugadores no llevaban números, además se jugaban los 90 minutos de corrido, solo había una pausa a los 45 para cambiar de lado.

"No se conocían lesiones ni actos teatrales dentro del campo. Los deportistas entrábamos a la cancha a morir. Nos entregábamos al máximo, pero realmente jugábamos. Jugábamos lindo. Los números en las camisolas, recién se implantó oficialmente a partir de 1954".



HUELLAS

Una de las grandes figuras de los "húngaros", era Armando "chueco" Escobar Carrillo. Se casó un domingo de 1956, pero antes de hacerlo contó que enamoraba con quien atendía el rancho de empleados de San José, donde vivían varios jugadores.

A ella no le gustaba asistir al estadio a ver a su prometido, prefería escuchar por radio los partidos.

El día de su matrimonio, como nunca antes había sucedido, en el encuentro tuvo varias caídas, se rasmilló la pierna, el brazo, le patearon en las canillas. Esas lesiones le ocasionaron asistir a su boda con parches hasta en la cara. Daba la impresión que su novia se casaba con un boxeador y no con un futbolista.



BAILE

Para Benigno "fierito" Gutiérrez recordaba que cuando jugó en el equipo, San José era la sensación del momento, debido a su estilo de juego. Describía al plantel como una máquina de hacer goles, pero el asunto no solo era marcar los tantos, sino hacer bailar al rival.

"Muy rápido me adapté al juego moderno de San José, todos los jugadores tenían deseos de triunfar y seguir aprendiendo más de lo que sabían. Al poquito tiempo que salí del equipo, se coronaron campeones nacionales, en el año 1955. En el tiempo que estuve me trataron muy bien", comentó.



PAYASO

El apodo de "payaso" se lo ganó el entonces arquero de San José, Francisco Bonifacio. De acuerdo al relato de la señora Valdivia, quien lo vio jugar en reiteradas oportunidades, decía que el guardameta se llevaba una revista para leer durante el partido y mientras estaba en el arco. Solía apoyarse a uno de los postes, aguardando la llegada de la pelota y cuando se daba la oportunidad, dominaba el balón con piruetas, cual si fuera un verdadero payaso.

Ahí es donde se ganó ese apelativo, al margen del partido, él era un verdadero espectáculo. Fuera de la cancha era una buena persona, muy educado y mejor deportista.



RIVALIDAD

Hace poco, Oscar "jejo" Bellot fue distinguido por la dirigencia del Club San José por ser uno de los "húngaros" del 55. Su rivalidad en aquel tiempo era constante con Humberto Murillo, con quien se terminó esa situación mediante los golpes.

Contó que las veces que entraba a la cancha a jugar, Humberto le decía: "Descansa", mientras tanto entraba otro jugador en su lugar. Ni el técnico podía hacer algo, porque el otro jugador ya estaba en la cancha.

Según describió el "jejo", Humberto era muy camarillero, hasta que cansado de su actitud, después de una cena cuando volvían a sus casas, decidieron arreglar el pleito a puños.

"Humberto no había sabido pelear, le pegué con toda mi rabia, hasta que me dijo: Jejito ya no me pegues hermano. Al día siguiente vino a mi casa para recordarme que viajábamos a Santa Cruz. Desde entonces fui titular en el equipo. Jugué regularmente hasta que tuve un accidente en el ojo y en mi lugar ingresó Carrizo, un jugador internacional argentino", afirmó.

Solo quisimos ofrecerles esas cinco anécdotas de las muchas que existen en el equipo de los orureños, disfrutar y deleitarnos de esas experiencias es tener en la memoria, la historia viva de los "santos".



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