La renuncia de David Rivero al cargo de presidente del club San José puede abrir el camino para que la gestión de Patricia Flores sea viable y comience a pagar las deudas que tiene la institución y firmar los contratos con los jugadores y miembros del cuerpo técnico para la temporada 2021.
Tanto Rivero como Flores enviaron la documentación a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) para obtener el reconocimiento. Rivero fue elegido por los socios en las elecciones de enero y Flores llegó a la presidencia por aclamación en una asamblea de la masa societaria celebrada a principio de febrero.
“Rivero tendría que renunciar para llamar a elecciones, tener alguna denuncia en su contra, o llegar a un entendimiento y presentar alguna documentación que pueda fundamentar para reconocer a la nueva presidenta”, explicó Marcos Rodríguez, vicepresidente de la Federación.
En las elecciones de enero, Rivero ganó como único candidato. Su plan de salvataje del club consistía en una ayuda económica de un inversionista que al final declinó la colaboración y el mismo Rivero advirtió de este problema.
Es así que el Tribunal de Honor del club pidió su renuncia y convocó a una asamblea para la designación de Flores y su esposo Marcelo Soruco, como presidenta y vicepresidente por aclamación, ya que cuentan con recursos económicos para invertir en la entidad.
Rodríguez mencionó que esta actitud del Tribunal de Honor resulta peligroso e irresponsable, porque le quita seriedad a la entidad orureña. La documentación presentada está en manos del departamento jurídico de la FBF sin fecha para la respuesta.
“Para todo el país fue claro que el mismo Tribunal de Honor que eligió a la señora hizo la demanda de amparo constitucional y salió electo Rivero. No entendemos el cambio de parecer, no sabemos la situación interna para tomar otra decisión y no podemos reconocer a uno y otro, por ahí no les gusta la señora y traen a otro”, declaró Rodríguez.
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