Monday, December 16, 2019

No hay sentimiento más grande que San José

En la historia del fútbol fueron miles los equipos que albergaron bajo su seno a jugadores e hinchas que en su momento fueron lo máximo. Algunos pasaron los avatares del tiempo, mientras que otros desaparecieron de la faz de la Tierra, por la indiferencia de su gente y que en definitiva, sólo sirvió para llenarse de ego por un instante.

Eso pasó en Oruro, pasó en Bolivia y por su puesto pasó en el mundo. Sin embargo, hoy debemos referirnos a un equipo de fútbol, que no sólo es un equipo de fútbol, sino que es más que una institución deportiva, es más que un simple representativo de una región o un departamento, es algo que muchos comprenderán, es difícil describirlo, sin embargo, haremos el intento.

Cuando una persona se vuelve hincha de un club de fútbol, muchas veces es por herencia de la familia que sus inclinaciones vayan por ese lado; también puede ser por la empatía que haya con los colores de la casaca o definitivamente, puede ser por ser representante de un lugar.

SAN JOSÉ

En el caso de San José de Oruro, muy al margen de lo mencionado, muchos de nosotros sabemos que no es tan así, ya que el amor por el equipo viene más allá de la cuna, es quizás desde la fundación del mismo equipo, el 19 de marzo de 1942.

No por algo el nombre, elegido desde las entrañas mismas de la tierra, donde la plata fue el sustento de Oruro, permitió que ese sentimiento esté tan arraigado como empoderado de su misma sangre.

Si hablamos de San José, no sólo hacemos referencia a un equipo de fútbol, sino a todo un legado de manifestaciones que el tiempo cimentó para su engrandecimiento.

No olvidemos, apenas pasaron unos años de su fundación y San José ya fue causando sensación, defenestrando sin querer el orgullo que los orureños habíamos por tener bajo el seno del fútbol nacional, al primer equipo de este deporte, como es el Oruro Royal Fútbol Club.

CAMPEONES

Llegaría una nueva etapa en San José, la década del 50 del siglo pasado que para el equipo sería uno de los bastiones más importantes para ser conocido a nivel mundial.

Los "Húngaros del 55", sin duda alguna, fueron el máximo referente en ese momento, que Bolivia tenía en el espectro a un equipo de alta valía, que sólo le importaba ganar a cuanto rival estaba al frente.

Esa fuerza aguerrida que adoptaba en el campo de juego como lo hizo la Selección de Hungría en el campeonato mundial de Suiza, permitió colocar el primer eslabón de lo que ha futuro vendría.

Si bien después de esa década, San José se mantuvo cauto en el sentido de triunfos, no podemos desmerecer que a medida que pasaba el tiempo, fue ganando adeptos, primero los de su tierra y posteriormente pasando las fronteras del departamento hasta que llegó la década del 90, aunque en el 80, desde que tenemos memoria viva, San José ya era toda una institución dentro del fútbol nacional.

San José adoptó distintos apelativos como la "V" azulada, el equipo "santo", el equipo "minero", el crédito orureño, los "quirquinchos", el "titán orureño", el más taquillero, el equipo del Pagador y obviamente no podíamos dejar de lado un eslogan que el fallecido periodista deportivo, Mario Divensty Gonzáles dejó como un regalo eterno: "San José es Oruro y Oruro es San José".

La década del 90 fue una de las más significativas y victoriosas, 1991 y 1992 fueron consecutivamente los años para lograr subcampeonatos, San José merecía mejor suerte, pero no fue hasta 1995 que lograría ese tan ansiado título después de 40 años y el primero bajo el seno de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano. Luego vino una debacle que pagó con creces para estar durante dos campeonatos, sin fútbol profesional, sin embargo, los partidos que disputaba en su tierra, siempre tuvieron el apoyo de los fieles hinchas, quienes no desmayaron desde las tribunas ver el retorno de su equipo a las fauces del fútbol nacional.

Hasta que se logró ese objetivo, el 2007 San José de Oruro alzaría su tercera presea y consolidaría ese sentimiento hacia sus seguidores. Ni que decir, cuando logró el 2018 su cuarto título del fútbol nacional.

Pero aquí no se trata de contar títulos como otros equipillos lo hacen vanagloriándose de sus copas como si fuesen lo máximo, una cosa es conseguir un título a punta de sufrimiento, sacrificio, problemas, alma, corazón, espíritu, garra y amor a la casaca, y otra muy diferente es hacerlo con el pecado de la soberbia, como siempre lo hicieron algunos que conocemos y los más están en La Paz.

Quizá ese nacimiento desde las entrañas de la tierra, permitieron al Santo orureño, ser uno de los mejores equipos de la historia del fútbol nacional y aún lo sigue siendo, pese a todas las dificultades por las cuales atraviesa.

Esa garra en el campo de juego, ese amor a la casaca lo vemos hoy en día, que con esos verdaderos gladiadores que sin importarles la crisis del club, escribiendo en un sentido figurado, decidieron asumir un rol que estará grabado por siempre en la historia del fútbol mundial.


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