El pasado 26 de agosto se emitió un comunicado oficial en la página oficial de Facebook del club indicando que desde el 1 de septiembre se hará la cancelación del 30% de salario del mes de mayo según acuerdos llegados con los jugadores en abril pasado.
Lo llamativo de esta nota es que también se menciona que se hará una renegociación de los meses faltantes (junio, julio y agosto) y que estimando que el fútbol no retornará a Bolivia se analiza la posibilidad de rescindir los contratos con los futbolistas, de común acuerdo.
A esto se suman declaraciones del asesor legal de San José, Víctor Hugo Pérez quien señaló abiertamente que quienes actualmente están a la cabeza del cuadro de la “V” azul no quieren que retorne el fútbol al país y que en esta idea los respaldan otros cuatro clubes.
La postura de la dirigencia radica en que la pandemia sigue vigente en el país, además que el tema de la división entre los clubes de la División Profesional de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) impedirá que se cumpla un Consejo Superior donde se necesita analizar la modificación al reglamento de campeonato y la elaboración de un nuevo fixture.
Además, arguyó que en caso de que se de toda esta situación y se pueda elaborar un nuevo reglamento y un nuevo fixture, el mismo debe ser aprobado por los 14 clubes de la División Profesional, y en esa instancia San José no avalará estos cambios ya que su intención es que no haya futbol este año.
Esta extraña postura puso en alarma a los jugadores del club “santo” quienes tomaron una postura en sentido de pedir al presidente Huáscar Antezana que dé un paso al costado para propiciar nuevas elecciones en San José ya que según ellos la institución está en un completo estado de abandono y los futbolistas son los que están sufriendo en carne propia las malas decisiones dirigenciales.
Uno de los jugadores que habló sobre este tema con los medios nacionales fue Rodrigo Vargas quien manifestó que existe la clara intención de la dirigencia de dejar sin efecto los contratos de los jugadores algo que atenta aún más a la demacrada economía de los futbolistas que a lo largo de este año no recibieron un salario completo.
“Nosotros nos unimos a la voz de la hinchada que pide esas elecciones y en su momento estábamos esperanzados por lo que prometía Huáscar Antezana, pero no aparecieron jamás ni los empresarios ni nada y nos damos cuenta que no tiene el respaldo económico. Tiene que venir otra persona que pueda sacar adelante al club”, declaró.
El presidente Huáscar Antezana volvió a reiterar que él no se aferra al cargo y que si existiese una persona con más solvencia económica dejará la institución en ese instante, pero que hasta el momento ni socios ni hinchas no mostraron a un candidato que tenga recursos a la mano para sacar al cuadro orureño de la crisis.
Según Antezana la deuda del plantel orureño a la fecha suma los 4 millones de dólares y existen temas urgentes que deben resolverse antes de que el club orureño sea afectado.
Una apuesta peligrosa
Las acciones de la dirigencia en las últimas horas ha dejado un “mal sabor de boca” a socios e hinchas y más aún con la idea de no querer retornar al fútbol una apuesta que si bien busca asegurar un cupo a la Copa Sudamericana, puede ser peligrosa si se presentan algunos hechos que son factibles.
Por un lado, están las múltiples demandas que se tiene en contra del club, según la dirigencia los mismos están siendo contenidos y alargados en el tiempo, más no solucionados, en algún momento se debe pagar las deudas caso contrario se puede venir la pérdida de puntos que dejaría al “santo” lejos de toda opción de llegar a un evento internacional.
Por otra parte, los jugadores mantienen deudas por más de cuatro meses y una intención de rescisión de contratos podría motivar a los futbolistas a demandar en contra del club y hacerse jugadores libres o en el peor de los casos que el cuadro orureño sufra una demanda colectiva que acarrearía mayores problemas.
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