En días recientes, el asesor legal, Víctor Hugo Pérez, explicó a medios de comunicación nacional que la falta de pago del mes de enero a algunos jugadores del cuadro de la "V" azulada se debía a que no se conocía el número real de jugadores con contrato en la planilla principal y por ende la falta de conocimiento de cuánto costaba dicha planilla.
El abogado dijo que para el presidente, Huáscar Antezana, el presupuesto del primer plantel no superaba los 86 mil dólares, pero llegado el momento el costo subió a 128 mil dólares porque se tenía registrados a 38 jugadores en el primer equipo, aspecto que no era de conocimiento del titular del cuadro orureño, obviamente esta afirmación generó una serie de críticas en la hinchada porque no se cumplía el precepto de austeridad con el que había entrado la actual dirigencia y peor aún el de no conocer cuántos jugadores están inscritos, cuantos habilitados, ni cuantos tienen contrato vigente.
Además, que dentro de estas afirmaciones no se toma en cuenta el salario del cuerpo técnico que es alrededor de 20 mil dólares, con todo ello la planilla mensual del cuadro orureño llegaría a algo más de 140 mil dólares, cifra muy por encima de lo presupuestado al inicio de año.
CRISIS DIRIGENCIAL
Todo este desconocimiento tiene una explicación lógica, tomando en cuenta que, en estos tres meses de este año, el "santo" vivió, al margen de la crisis económica, una crisis dirigencial al punto de tener cuatro dirigentes al mando del club orureño.
Comenzamos con las elecciones del 29 de diciembre del 2019, donde Marcelo Flores fue elegido por los socios como el nuevo dirigente "santo", de forma inmediata firmó un convenio de forma unilateral con la empresa inversora "Phisca Jila Irnaqiri Taqichuymanpi" representado por José María Cuéllar como responsable, a eso se sumó Ángel Pontejo como vicepresidente para coadyuvar en el trabajo del club orureño. Ahora bien, Flores fue el primero en renunciar debido a las presiones de la hinchada y por desacuerdos con Cuellar y su empresa, en ese ínterin el supuesto inversionista realizó algunos tratos a nombre del club orureño, entre ellos la contratación de Omar Asad en la dirección técnica y la contratación de algunos jugadores, en ese lapso se tuvo como presidente Huáscar Antezana.
La salida de Cuéllar fue bastante conflictiva, con hinchas sacando casi a patadas al empresario, Antezana y Pontejo estuvieron al frente de la institución, pero sin un entendimiento claro.
La directiva de socios, en una asamblea, decidió darle la presidencia a Ángel Pontejo, quien tuvo al club a su cargo por algo más de una semana, realizando la presentación de algunos refuerzos, como Aldo Velasco y Ronaldo Monteiro.
Huáscar Antezana, presentó un recurso mediante el cual él era reconocido ante la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), pero a raíz de la pelea por la presidencia en el "santo" con Pontejo, los socios de forma errónea decidieron darle potestad a Carlo Delgado, el otro vicepresidente del club, para que pueda mediar en el asunto, al final nada de esto prosperó y Pontejo decidió dar un paso al costado para que Antezana siga en la presidencia.
Todos estos cambios dirigenciales, dan por consecuencia que ahora la planilla este elevada llegando a los 128 mil dólares, un grupo de 38 jugadores, varios de ellos sin poder ser habilitados, además de un técnico que, por las circunstancias y la falta de pago, decidió retornar a su país y ahora amenaza al cuadro orureño con una demanda ante FIFA por alrededor de 340 mil dólares, como consecuencia se puede observar un manejo desprolijo de las riendas del club en estos tres meses que ahondaron más la situación crítica por la cual atraviesa el elenco de la "V" azulada.
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