Las instituciones a nivel mundial pasan por una serie de etapas, buenas, malas, exitosas, desapercibidas, pero la gente que es parte de estas entidades hacen lo posible para sostenerlas y sobrellevar los tragos amargos que puedan tener a consecuencia de un mal manejo.
En Oruro, la Capital del Folklore de Bolivia, y la ciudad que tuvo en su seno al señor fútbol con Oruro Royal, pasa algo similar pero con el Club Deportivo San José fundado el 19 de marzo de 1942.
Hace algo más de un año, el equipo salió por cuarta vez campeón del fútbol profesional boliviano y con ello, todos pensaban que la situación económica mejoraría y el crédito orureño tendría una senda de victorias, sin embargo, nos desayunamos con las múltiples deudas que dejaron una administración en la que la hinchada confió, pero al final quedó decepcionada.
En lo deportivo la situación también se vio afectada, porque las múltiples deudas permitieron que muchos jugadores que le dieron alma al equipo, tuvieran que irse debido a la necesidad de sostener a sus familias, situación que pasaría en cualquier parte del mundo.
Ese tipo de acciones tuvo muchas repercusiones, incluso a nivel internacional, obviamente en este tipo de circunstancias, muchos hinchas de equipos rivales, tienen el pensamiento, así como de dirigentes deportivos que el Club San José debe desaparecer debido a su situación económica y a los problemas institucionales que enfrenta, aspecto que de alguna manera repercute en el campo de juego.
Sin embargo, cuando hablamos de San José de Oruro, no estamos hablando de un equipo chico, al contrario, nos referimos a uno de los clubes más importantes de Bolivia, y por qué no decirlo el más importante, por toda la tradición e historia que tiene. Además por esa magia que irradia desde el seno mismo de la tierra, es en este equipo que los jugadores supuestamente "desahuciados" reviven como el Ave Fénix y logran despedirse de su carrera con honores.
Muchos de los jugadores que llegaron al equipo indicaron en reiteradas oportunidades que San José tiene algo muy especial a diferencia de los otros equipos de la liga, ya que hace que uno sienta esa energía para sobresalir y dar lo mejor en cada partido.
Volviendo a la realidad actual, San José prácticamente fue desmantelado refiriéndonos a los jugadores, el "esqueleto" se desarticuló y fue a parar a otros equipos. Pero, aún el equipo contaba con un grupo de jugadores, en su mayoría jóvenes, quienes mediante su amor por la casaca asumieron el desafío de enfrentar un campeonato que para muchos ya no tenía sentido, debido a la crisis que se enfrenta.
El campeonato comenzó y los resultados fueron negativos para el plantel, enfrentando en principio la Copa Libertadores, la aspiración era lograr por lo menos pasar la primera fase para tener un poco de dinero que permita reducir las deudas, aspecto que no se logró.
En el campeonato de la liga a un inicio no fue fructífero y todo apuntaba a un fracaso sin remedio, situación que era alegría para los contrarios y de tristeza para quienes llevan en el corazón inserto la "V" azulada.
El equipo comenzó a encajar de a poco, si bien faltan muchos jugadores, los jóvenes decidieron hacer prevalecer el peso de la casaca en cancha y así fue, un primer punto rescatado en la capital cruceña, cuando se enfrentó a Real Santa Cruz. Posteriormente, el empate en Oruro contra Nacional Potosí, cuyo resultado tampoco fue de los mejores, ya que de local, la hinchada siempre pretende que salga ganador.
Por otro lado, el desafío era enfrentar a un rival que de a poco y con mucha inversión comenzó a justificar su trabajo con resultados, nos referimos a Always Ready, en cuyo plantel están muchos "ex santos". La hinchada lo único que pedía era terminar un partido, pero sin goleada, tomando en cuenta que los alteños estaban primeros en la tabla de posiciones, mientras que el "santo" en el último lugar.
El arquero de San José, Rivas, dijo antes del partido que el fútbol era de hombres y no de nombres, aspecto que se reflejó en la cancha, cuando los "santos" se entregaron por completo, ya que más que un partido de fútbol y los puntos, se jugaba el honor y el amor propio de cada jugador.
El encuentro muy disputado tuvo sus primeras incidencias y San José perdía en el primer tiempo. Todos pensaron que se venía una goleada, pero no está muerto quien pelea y San José revivió desde su interior la fuerza y la garra que le caracteriza y le jugó un partido de igual a igual, fue en ese momento que despertó el gigante, ante el asombro de propios y extraños, aspecto que era necesario para levantar el ánimo no sólo del equipo, sino también de su propia hinchada.
San José es un gigante que sólo durmió un pequeño letargo y que tras esa pesadilla se levanta de a poco para sentar precedente que no está muerto quien pelea, porque el alma del equipo sin importar quien vista la casaca estará siempre presente en el corazón de quienes son parte de la gloriosa "V" azulada.