Ahí fue que la algarabía se desbordó en las graderías como en el campo de juego. Emociones encontradas, llanto, alegría, abrazos y el sueño hecho realidad. San José de Oruro era el "as" de la División Profesional del Fútbol Boliviano.
Pero, la celebración en el "Jesús Bermúdez" era solo el inicio de una jornada que se extendería por varias horas y que se trasladaría hasta la Plaza 10 de Febrero.
Al salir de la cancha, en los pasillos del estadio, en la salida se escuchaban barras por San José. De la misma manera aconteció en las calles de la ciudad. Las avenidas Barrientos y Busch, y las calles 6 de Octubre, Bolívar y plaza principal, fue la ruta tomada por los hinchas que vivaban a su equipo. Eran los primeros minutos de un nuevo día, pero en las calles parecía que eran apenas las 08:00 horas.
En las puertas de las licorerías se formaron filas, para comprar el elixir que acompañaría a combatir el frío que en realidad y pese a la incesante lluvia que cayó desde el entretiempo hasta prácticamente el final del partido y parte de la celebración, era prácticamente imperceptible.
Banderas del "equipo minero" en manos de los hinchas, en vehículos, en casas particulares fueron el decorado de la noche que se entremezclaba con un ambiente decorado de Navidad. La gente estaba expectante porque quería ver desfilar a su equipo rumbo a la Plaza 10 de Febrero, donde se armó la fiesta con la banda de música Quirquigans.
Las explosiones de petardos, juegos pirotécnicos, humos y bengalas fueron el elemento que complementaba a la noche mágica, como una especie de conjuro, cuyo ambiente estaba matizado por la felicidad absoluta. Las horas pasaban y el equipo aún no arribaba al centro de la ciudad. De manera aislada y acompañados de sus seguidores Barrera y Cuellar llegaron a pie al centro de la ciudad.
Fue recién a las 02:30 horas que la comitiva de campeones llegaba a la plaza en un pequeño camión que transportaba a los mejores del fútbol boliviano. En el ve-
hículo estaban emocionados por el recibimiento que les daba sus seguidores, quienes sacaban fotografías o guardaban aquel momento en un rincón de sus celulares.
El guardameta Franco fue quien llamó mucho la atención, estaba prácticamente desnudo sobre el vehículo y sin importar la temperatura baja a esa hora, hacía gala de su alegría junto a sus compañeros, quienes compartieron aquel inolvidable momento con su hinchada.
Tardaron varios minutos en llegar hasta la puerta del edificio de la Gobernación. Posteriormente, ingresaron a la parte superior y salieron a los balcones para saludar a su público y exhibir el trofeo del campeonato. Asimismo, el presidente del Club Wilson Martínez agarrado de un megáfono anunció que Eduardo Villegas se quedará como entrenador del equipo, como el 90 por ciento del plantel. Porque ahora tienen el reto de hacer una buena campaña en Copa Libertadores.
La celebración se extendió hasta pasada las 04:00 horas cuando una gasificación policial puso punto final a una jornada memorable para el fútbol nacional y ver la consagración de San José como el mejor equipo de Bolivia.
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