Tras la última reunión virtual del jueves, los socios trataron de implementar las bases de unidad como única salida a la actual crisis que atraviesa el club, de momento no se conoce cuál será el siguiente paso a seguir y todo apunta a que el tema de división está centrado en la permanencia de la presidencia de Huáscar Antezana y que debe ser el escollo principal a subsanar para que exista la tan mentada unificación.
Si bien el tema legal o de legitimidad es un asunto central, uno de los caminos que se han planteado y que es valedero radica en enviar una nueva consulta ante la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) para saber si Huáscar Antezana es reconocido por esa entidad, a partir de ahí establecer si el actual directorio es ratificado o caso contrario se debe convocar a nuevas justas eleccionarias.
ELECCIONES
Sabemos que por los antecedentes esto no debería ser así, ya que Antezana y su dirigencia no cumplió un acta notarial de buena fe para saldar las deudas del club en un plazo perentorio, además de no tener una directiva sólida por el alejamiento de la mayoría de sus miembros elegidos y la nominación de otras personas, lo cual no está avalado por una asamblea de socios.
Con estos dos antecedentes, el actual Tribunal de Honor tendría toda la potestad de emitir una nueva convocatoria a elecciones, ya que el actual estatuto del club lo manifiesta de esa forma en el artículo 55, inciso d, que a su letra expresa: “En casos de acefalía colectiva o grave crisis que afecte la existencia del club, el Tribunal de Honor asumirá la dirección del club convocando a nuevas elecciones e informe en asamblea general ordinaria”.
Pero la pregunta que surge en este momento es ¿Por qué el Tribunal de Honor? Asume su rol y convoca a elecciones, por el contrario, insta a Huáscar Antezana a renunciar a su cargo, algo que no es coherente si seguimos el criterio de esta entidad que en más de una oportunidad pregonó que la actual directiva esta desconocida.
RATIFICACIÓN
En la última reunión, algunos socios expresaron que para que haya una unificación real, todo debe pasar por la salida de Antezana del cargo, dejando de lado el criterio de la otra parte de la masa societaria que avala la gestión de la actual directiva.
Partiendo de este punto y volviendo a la propuesta de hacer una nueva representación ante la FBF para conocer la legalidad de este directorio, la pregunta surge en torno a ¿qué pasaría si la entidad federada da como respuesta que Antezana está ratificado para asumir el cargo de presidente?, ¿se podría llegar a un entendimiento entre socios para apoyar las acciones de la actual dirigencia en procura de salir de la crisis actual?
A pesar que muchos lo rechacen, habrá que rememorar que en las últimas elecciones, la plancha de Marcelo Flores, Huáscar Antezana, Carlo Delgado y otros más fueron elegidos, la gran mayoría de socios votó por esta opción que tenía como propuesta principal efectuar un convenio de gerenciamiento con la empresa de José María Cuellar, algo que ya se sabía en el foro debate antes del acto de sufragio.
El panorama del cuadro “santo” es complicado, pero por el momento todo está en manos de la masa societaria según se establece en los estatutos de la entidad de la “V” azul, en función a las decisiones que se asuma en estos días, se basa el futuro del club San José, por ello las voces de unidad deben primar por sobre todas las cosas para así caminar juntos con una sola visión, el de salvar al crédito orureño y devolverle su grandeza.
La hinchada pide elecciones
Otro de los temas que inmiscuye al elenco “santo” es la hinchada que también busca su punto de participación para sacar al club de la actual crisis, algo que tiene sus pros y contras, de momento la voz más clara es que haya elecciones en el club y que estas sean de forma abierta a toda la ciudadanía.
Si bien en el pasado se podía cumplir con este pedido con la nueva estructura organizacional que viene desde la FIFA, la Conmebol y la FBF, esto ya no es posible si no está contemplado dentro de los estatutos del club, por lo que los hinchas deberían convertirse en socios aportantes para tener voz y voto dentro del cuadro orureño.
Obviamente esto no está sacramentado ni mucho menos y que existen salidas imaginativas a lo establecido en las normas, pero esta decisión también pasa por la masa societaria en función a cambiar los estatutos o buscar otros mecanismos legales para dar más cobertura a la fanaticada en las decisiones cruciales de la institución orureña.
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