Wednesday, December 25, 2019

Miguel Ponce: “Nos gustaría quedarnos, pero en este escenario es muy difícil”

Pese a no cobrar salario hace tres meses (total $us 60.000), el técnico chileno Miguel Ponce se mantiene firme en San José donde brinda su apoyo en una grave crisis dirigencial y económica del club que debe cuatro sueldos a su plantilla. Ese compromiso de los jugadores en ganar, pese al incumplimiento en los salarios, lo convenció en seguir y desistir de marcharse.

Serio y sincero al momento de la autocrítica de las cosas que no son normales en un equipo denominado profesional, el ex lateral de la selección chilena de 1997 tiene a San José con un cupo asegurado para la Copa Sudamericana. Espera que en los últimos partidos de local haya buenas recaudaciones y así puedan cobrar parte de sus salarios.

¿Cuál es el pilar para ganar sin entrenar? se dieron el lujo de golear (1-4) a Bolívar, en La Paz, en la ida del Clausura...


Hay un compromiso de los jugadores y de nosotros para venir cada día a entrenar y hacer lo mejor. Siento que eso fue el pilar fundamental de este resultado deportivo a pesar de todos los problemas que tengan los futbolistas, siempre les tocará entrar a la cancha y la gente siempre te obligará a ganar, para eso hay que estar bien preparado.

Hubo momentos en que no se podía practicar por los paros, pero cuando se vino a entrenar era como si no pasara nada. Por ejemplo, las malas caras, que es muy compresible, eso se debía dejar afuera y seguir proyectando la parte deportiva.

Sin embargo, ¿Qué lo mantiene a seguir en Oruro?


Los jugadores. Lo dije en algún momento, era más fácil dejar a San José en un momento negativo, en todo sentido, pero que yo prefería irme en un momento bueno, y si yo tenía que estar con ellos hasta que llegue ese momento positivo, lo voy a estar.

Si nosotros nunca hubiésemos visto la respuesta y el compromiso de los jugadores no tendríamos nada que hacer acá, porque no habría ninguna ganancia. Lo positivo de todo es que se gana entrando a la cancha, entonces hay una demostración, primero del futuro, porque cada vez que entramos a la cancha nos jugamos el presente y futuro.

Ese fue el compromiso, cada uno estamos dejando lo mejor cada vez que ingresamos a la cancha, entrenando o jugando para que todo lo que venga para nosotros sea lo mejor. Así será la historia del futbolista y del entrenador, que vivimos siempre de los resultados.

¿Solamente eso?


Eso es todo, el compromiso de todos y de ir sumando cosas, que están anexas. Si al final nos pagan o no, creo que tenemos una cancha de entrenamiento impecable, con el compromiso del cuidador (Alberto López) y con toda la ayuda que nos corresponde a nosotros, a pesar de no tener dinero, sino que lo único que llegó fue una máquina de cortar el pasto que trajo Wilson (Martínez).

Al final, tu convences a los jugadores que pese a todo lo que vives día a día, hay cosas buenas que van pasando.

¿Alguna vez vivió esta situación crítica con otro club?


No y es que tuve suerte, porque llegué a Universidad Católica, que es un equipo estable toda la vida, y después estuve en la Universidad de Chile, después vuelvo a la Católica donde juego mis últimos siete años.

Tuve una estabilidad que no era normal para Chile en los 80 y 90, pero nosotros, como sindicato de futbolistas (el Sifup) organizamos paros totales, lo cual termina haciéndose una ley del deporte. Los jugadores somos considerados como un trabajador que tiene su cotización, AFP, salud, seguro cesantía e impuestos.

Esas evoluciones marcan que las cosas vayan cambiando. No me tocó lo que estamos pasando aquí, pero estoy del otro lado de un liderazgo de los jugadores para poder sacar esto adelante y eso es lo más importante.

¿Con qué idea llegó a San José? ¿Qué pensaba del club?


No venía de un buen resultado en Chile (dirigió a Temuco hasta junio de 2018) y llegué a un equipo campeón que estaba en Copa Libertadores. Uno encuentra normalidad, pero al entrar al complejo no era tan normal: no había camarines para nosotros, no había baños para nosotros, un camarín que no estaba con duchas y baños a la altura de un equipo campeón.

El convencimiento no fue fácil, y a la semana nos miramos los tres (el asistente técnico Rodrigo Benegas y el preparador físico Leonardo Villegas). Yo no me baso en muchas preguntas y en mi cabeza para mí era súper simple: ¿Continuamos... seguimos aquí con toda esta problemática o sin reclamar nos vamos? porque para estar todos los días acá, viniendo enojados, o viviendo en disgusto y reclamar al cielo que falta esto, tú también vas contagiando a los jugadores. Si somos conscientes de lo que falta, entonces las conversaciones honestas que uno tiene va dando sus frutos y mirá cómo va terminando esto, en base a decisiones adultas y profesionales. Uno decide estar o irse, y esa fue la simple pregunta.

¿Qué equipo encontró en San José? En las primeras prácticas vimos poner énfasis al trabajo defensivo y buscar salir jugando desde el fondo...


Hay una idea de juego entrenada desde la parte defensiva que yo estoy siempre preocupado y me ayudó en la parte ofensiva, después se junta todo, pero todos los entrenamientos están relacionados al control de juego.

Primero relacionado a las características que se tiene. Nosotros jugamos a 3.700 metros sobre el nivel del mar, en el cual, mientras más control de juego tengamos, que es control del balón, el rival debe correr detrás de la pelota y en el trayecto del partido los rivales lo van sintiendo, porque no es fácil jugar acá, esa es la misión desde el comienzo.

Es prioritario lo defensivo para su idea...


No entrenamos solamente los movimientos defensivos para defender, sino como los defensas deben tener la relación del balón porque ellos empiezan a construir el fútbol. Antes era el 10 que se movía por todo lado, muchas veces el lateral y el central iban a quitar la pelota, desde ahí construían, pero el fútbol ha evolucionado, el portero es tan importante como el volante de contención en la distribución del balón.

En sí, el juego comienza desde el arquero para construirlo y mover al equipo rival. Tienen que tener relación los ejercicios con el balón y ahí comenzamos con toda la batería de ejercicios que tiene relación con eso.

¿Cómo recuperó la confianza del equipo? César Mena mejoró su juego pese a los dos autogoles que anotó en el partido contra Liga de Quito por Copa Libertadores


Sabemos que el error es parte del juego, si yo me guiara por solamente el error, a lo mejor toda la semana tendría que sacar a un jugador. El error es parte del juego y más si es involuntario. No conozco a ningún jugador que haya entrado a jugar mal, no tuve compañeros que ingresen a decir que hoy vamos a hacer dos autogoles, son circunstancias que se viven, y uno, como exjugador también comprende que son parte del juego y que pueden suceder. Cualquier cosa que el hincha o la gente en general opine para mí no tiene mucha relevancia, sino lo que yo creo en mí experiencia como jugador.

No sé por qué el hacer dos goles en contra hace a un jugador malo. Los análisis son más profundos: son lo que tú aportas, lo que tú entregas, lo que tú puedes mejorar y siempre ha sido mi tónica de ser entrenador de poder sacar lo mejor de cada jugador y desde ahí potenciarlo también.

¿Cuál considera su aporte al fútbol boliviano en 2019?


Es lo que ustedes ven, una intensidad, una forma de jugar, una presión alta, un juego más rápido, más intenso y logrando buenos pases en la mayor medida. Lamentablemente ante Wilstermann teníamos un bonito partido, pero la cancha estaba con ocho centímetros el pasto, esponjoso, estaba lento además que no estaba mojado. Es parte del espectáculo, pero perjudica a la competencia.

Acá pedimos que la cancha esté cortada y regada, que sea rápida, a eso vine, a no especular un resultado y a convencer a los jugadores de ganar de local o de visitante.

De cara al 2020, ¿Hay posibilidad de seguir en San José?


Después de tanto esfuerzo podemos decir que estamos clasificados a una copa internacional, nos gustaría quedarnos para hacer algo importante y disputar el torneo internacional, pero en este escenario es muy difícil, primero porque muchos jugadores no van a querer seguir y estas cosas se hacen con jugadores.

Ese compromiso lo vamos a tener en otra condición del club, en estas condiciones es muy difícil conseguir los jugadores que se necesitan para competir internacionalmente, sobre todo, si el club no demuestra un giro total en la administración. Eso es lo que uno espera, más que si uno tiene ganas, o no. Esperemos un mejor futuro para San José y ahí pensaremos en seguir o no.

¿Qué experiencia saca de su travesía en San José?


Para mí ha sido un aprendizaje el fútbol boliviano. Primero hay un control en lo técnico, yo llegué en la mitad del primer torneo, pero también encaré la Copa Libertadores y aprendí el manejo de cargas, aspecto emocional y cosas que nos corresponde más a los técnicos viendo las capacidades de los jugadores.

Uno tiene que aprender la cultura de otro país, como se relacionan con el profesionalismo. Cada país tiene su característica y para mí fue un gran aprendizaje en todo sentido y hasta que termine mi contrato el 29 de diciembre voy a seguir aprendiendo cosas con San José, no solamente en la administración, sino también en la parte deportiva.

¿Qué concepto saca de los torneos?


El fútbol boliviano es tremendamente duro y exigente por los cambios de escenario, altura, temperatura, cancha, donde todavía no se normaliza el corte de pasto, que lo tienen que mojar, porque todavía se juega con ese aspecto, también los horarios, pero hay una cosa que los jugadores son tremendamente fuertes para soportar, que son las 52 fechas al año, más los torneos internacionales. En Chile son solamente 30 fechas en el año, más una Copa Chile que son eliminatorias, y con ello, puedes alcanzar a jugar 40 partidos como máximo.

Eso hace al jugador boliviano tremendamente fuerte, físicamente muy potente. En el camino me doy cuenta, porque dadas las circunstancias que hemos vivido en San José, no había la posibilidad de sacar resultados si no contábamos con un equipo profesional.

Usted jugó con Chile la Copa América de Bolivia en 1997 y fue contemporáneo con la mejor selección boliviana de ese entonces, pero ahora, ¿qué le falta a nuestra selección de cara las eliminatorias?


Bolivia tiene pocos jugadores en el extranjero y eso es muy importante. El conjunto que tenía Marcelo Bielsa (selección chilena 2007- 2011) era bueno porque los jugadores empezaron a irse muy jóvenes, eso mismo potenció al fútbol chileno. En un momento, una parte jugaba en el fútbol nacional y la gran mayoría eran de ligas del extranjero y eso potenciaba.

Los jugadores no solo deben ser buenos en el medio nacional, hay que internacionalizarlos para potenciarlos y ayudarlos a que vayan a tener otra experiencia más exigente. Jugar en Europa es otra cosa, calidad, otra cancha otra velocidad, eso va haciendo a la selección competitiva.

En Bolivia veo muchos jugadores buenos mentalmente, físicamente, pero no basta para competir con Brasil, Argentina, Chile donde todos los jugadores juegan en Europa, esto no es magia, son pasos y consecuencias que al final se tienen que forzar con un entrenador correcto.

Para mí (César) Farías es muy buen entrenador, fue parte importante del posicionamiento de los jugadores venezolanos en todo el mundo y eso potenció las selecciones desde la sub-20 y las más jóvenes que son potentes hoy.

La madurez los va llevar a conseguir cosas en el combinado mayor. La visión de César Farías puede servir mucho porque no está pensando hacia adentro, sino hacia afuera.

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