Thursday, April 4, 2019

César Mena, de San José, hizo historia en la Copa al anotar dos autogoles en un lance.

El defensa colombiano del San José boliviano César Mena, protagonista de dos autogoles en el empate de su equipo 3-3 ante Liga Deportiva de Quito en la Copa Libertadores, lamentó ayer miércoles lo sucedido, pero aseguró que solo piensa en “seguir adelante” y en buscar su “revancha”.

Todavía perdura en la mente de los fanáticos orureños la imagen de Mena anoche, hincado y con la cabeza contra el piso después de anotar su segundo autogol, algo inusual en ese torneo internacional.

“¡Increíble! ¡Mena es el primer jugador en la Libertadores en hacer dos goles en contra!”, aseguró en su Twitter la Conmebol este martes sobre el partido del grupo D.

“Tuve una mala noche, es lo único que puedo decir”, señaló Mena en una entrevista con EFE para explicar, desde su perspectiva, cómo se produjeron las dos desafortunadas jugadas en un encuentro que consideró era como “una final” para San José. “La gente acá en Oruro me está queriendo matar. Me toca poner el pecho a todo lo que venga y hay que seguir”, sostuvo el defensa de 31 años que estuvo en filas del Godoy Cruz y el Estudiantes de La Plata argentinos, además del Cúcuta y Huila de su país, antes de llegar a Bolivia.

Ante Liga de Quito, San José de Oruro, se jugaba una de sus últimas posibilidades de clasificación en el grupo liderado por el Flamengo brasileño con seis puntos y que también lo integra el Peñarol uruguayo.

Mena explicó que el primer autogol, tras un centro al área en el minuto 40, se produjo luego de que uno de sus compañeros lograra rozar el balón, que iba “hacia afuera” pero que chocó en él para tomar un recorrido inevitable hacia propia puerta. También recordó que en la segunda jugada el balón “pica”, por lo que consideró oportuno hacer un pase al portero Carlos Lampe, pero que no se percató que el arquero estaba cerca suyo, admitiendo que en eso, para mala fortuna, cometió un “error”.

El defensa expresó que después del segundo autogol todo fue “más difícil”, ya que la poca gente que asistió al estadio Jesús Bermúdez de Oruro comenzó a silbarlo cada vez que tocaba el balón. Sus compañeros intentaban animarlo y “quería contribuir con un gol” para compensar.

Al final del partido Mena fue uno de los elegidos para someterse al control antidopaje y no pudo reencontrarse de nuevo con sus compañeros en vestuarios.

“No he matado a nadie, no he robado a nadie, esto es fútbol. Desafortunadamente tuve esa mala noche que a uno le puede pasar”, recalcó el jugador.

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