El crédito orureño no sumaba otra estrella de campeón nacional desde hace 11 años, cuando la última vez fue en el Clausura de 2007, tras someter a La Paz FC por 1-0, con gol de Alex Da Rosa, en el estadio Jesús Bermúdez.
Un título del Clausura 2018 meritorio para un equipo que siempre estuvo luchando en los primeros puestos y sobre las últimas fechas se consolidó como el mejor del torneo Clausura. Precisión, toque raso y contragolpe sorpresivos, fueron la fórmula para sacar puntos claves, en el equipo del técnico de Eduardo Villegas que celebra un título y disputará la fase de grupos de la Copa Libertadores 2019.
Durante el torneo adecuación 2012, el apertura de ese año y posteriormente en el Clausura del 2014, los santos se quedaron en puertas de alcanzar el cetro de campeón. No pudo en dos oportunidades imponerse a The Strongest, dirigido por el mismo Villegas. La última vez que estuvo cerca, perdió la opción de dar la vuelta ante el Universitario de Javier Vega.
Tuvieron que pasar cinco años entre turbulentos cambios de presidentes, manejo fallido de los socios del club e interinatos, para que llegue Wilson Martínez en abril de 2017 y se arriesgue para formar un equipo que le compita de igual a igual, a los grandes de La Paz, Bolívar, The Strongest, como también a los cruceños Oriente Petrolero y Blooming. Un sueño ambicioso que este domingo se plasmó en realidad.
Los santos llegaron al Clausura mermados, por la salida sorpresiva del volante mixto Samuel Galindo, habitual titular en el sistema del entrenador Eduardo Villegas. Pese a ello, y las lesiones en pleno torneo de jugadores importante como el arquero Gustavo Salvatierra (tendón de aquiles derecho), Miguel Suárez (ligamento rodilla izquierda) y Rodrigo Ramallo (peroneo de la pierna izquierda), el cuerpo técnico supo encontrar las variantes para no bajar el nivel del equipo.
De la misma forma, los cuatro paros en demandas de sueldos pusieron por momentos en vilo el proyecto, pero fue Villegas que apaciguó los ánimos para que los santos entrenasen y apliquen su juego catalogado de “boxeo, de desgaste” para imponerse a los rivales de turno.
Los santos de la mano de su goleador Jair Reinoso, el enganche argentino Javier Sanguinetti, siempre encontraron la forma de vulnerar el arco contrario. En el medio campo, el polifuncional capitán Didi Torrico junto a los volantes Víctor Hugo Melgar y Mario Ovando, para destruir la ofensiva rival. Mientras en el fondo, los centrales Mario Cuéllar, el argentino Marcos Barrera, junto al lateral izquierdo Jair Torrico, pusieron la experiencia para la nueva estrella de campeón y la alegría de toda su hinchada.
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